jueves, 6 de noviembre de 2014

Parsley, Dom Parsley


No ha sido fácil encontrarle, pero este médico de incógnito nos deja esta joyita y la siguiente reseña:

En su faceta confesable, Dom Parsley (Santander, 1963) trabaja de cara al público y procura usar un vocabulario no demasiado soez. Sin embargo, en ocasiones se disfraza de investigador social y se pierde por los andurriales psicopáticos del crimen. Entonces el lenguaje se le vuelve áspero y el relato fluye como un vómito agrio. "La ética de los trileros" es un latigazo escrito a uña de caballo, durante una pesquisa sociológica entre México DF y Berlín.
Bochan, nacido holandés y curtido como mercenario en África, es un rompehuesos de baja estofa. Pero la vida, perra como ella sola, lo arroja a una danza macabra donde no hay atisbo de misericordia. Al frente de un elenco de chatarra moral, el holandés escribe un breve tratado de la ignominia. La ética de los trileros es un sopicaldo negrísimo que desafía al lector a encontrar, en lo que dura una tarde otoñal, algún tropiezo incorrupto.

Con sus dudas existenciales y sus habilidades literarias (y profesionales, todo hay que decir) me atrevo desde mi mediada botella de albariño a animarle a seguir plasmando sus procesos neurológicos sublimes en el papel escrito, para que la posteridad (esa tontería que persiguen por igual científicos y artista) le recuerde dentro de 100 o 200 años.


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