El lugareño entraba en la pescadería de Laredu, e invariablemente soltaba las dos palabras, para regocijo de los parroquianos. El pescadero, con un poquito de pluma y mucha sorna, invariablemente respondía: Qué se cree, que esto es un salón de belleza! Y la carcajada de los parroquianos estaba asegurada. La anécdota es rigurosamente cierta. O no tan rigurosamente, pero lo cierto es que quedan bonitos y están de rechupete. Con tomate lo hago así:
Ingredientes (4 personas):
Dos
rodajas de bonito (600 g)
400 g de tomate
natural triturado
Una
cebolla
1 pimiento
verde de “cuerno”
Una
cucharadita de harina (opcional)
25 mL de
aceite
5 g de sal
5 g de
azúcar.

Añadir que esta vez lo he hecho con los trozos enteros de bonito, y también queda bien. Y sobre todo, menos trabajo. On egin.
PD: Las copas de margarita son de atrezzo. O no?
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