martes, 23 de septiembre de 2014

Bokken


Mi preciado bokken, espada de madera de cerezo. Se lo quitas a tu oponente con un agarre firme de las dos manos, con un giro brusco acompañando el cuerpo con la cadera. Es irresistible, dejas a tu oponente con los brazos hechos un lío y sin bokken... 

Salvo que sea una niña de tres años, que se mueve como si fuera de goma, que antes de soltar las dos manos ya ha asido el bokken con otras dos (desconocía que mi hija tuviera algún gen de pulpo), y así durante un ratito hasta que me he rendido y me he dedicado a los abdominales, mientras ella y su hermano intentaban romper una lámpara, que es el otro uso que suelo darle al bokken... (extracto de mi libro "Las artes marciales y yo, un amor imposible")

No hay comentarios:

Blogs que miro con frecuencia. Últimas entradas