Para la misma cena preparé una ensalada. Como no tengo acceso a las cigalas de primera línea de playa que consigue Pepe Iglesias (leed, leed y sabréis lo que es la envidia: http://www.enciclopediadegastronomia.es) , me hice con unas del Corte Inglés, que ya sé que no es lo mismo. Ocho troncales, a precio de oro, que cocí para añadir las colas troceadas a la lechuga (nunca iceberg, ya sabeis), tomate, maíz, aceitunas sin hueso, anchoas en aceite, aceite, vinagre (de arroz, en este caso) y sal. Y dije: ¿Qué hago con la cabeza y las pinzas?. Pues trabajo de chinos. Extraer todo lo aprovechable, juntarlo con un poco de cebolla picada, una gota de coñac, dos aguacates aplastados con un tenedor, aceite, vinagre y sal. Me recordaba a los añorados salpicones de marisco con aguacate del antecitado Pepe, si bien no me atreví a añadir la salsa rosa que pedía el conjunto. Y puse toda la pasta verde en la ensalada y ESTABA MUY BUENO.
Guerra y naturaleza humana
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A veces aparecen noticias que se leen de soslayo pero dan una dimensión
diferente a la realidad. Las guerras, como escenarios extremos de la
"convivencia...
Hace 3 días
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