miércoles, 20 de enero de 2010

Mónica y los cuarentones



Leo en el blog de Bulbul (oncoblog) que Mónica Lalanda escribe una oda a los médicos cuarentones.
Mónica es escritora más o menos freelance, y un poco MarianoJosedeLarra, venida de la Gran Bretaña al contraste patrio. Suya es la carta a  la ministra sobre la gripe A que copié, y conmigo, otros 999 blogs.

Ahora nos detalla como cambia la vida. En clave de humor:

13 de enero de 2010.- Si eres médico y has cumplido los cuarenta, es posible que sufras algún que otro síntoma de esta lista. No es contagioso y no tiene tratamiento ni prevención; eso sí, se pasa con el tiempo.
  • Los cordones de tu pijama blanco o verde parece que han ido encogiendo.
  • Invitas a unos colegas del hospital a tomar una copa y los vecinos no se quejan.
  • Si eres anestesista recuerdas con añoranza cuando hacías crucigramas (ahora haces sudokus).
  • Comer en un McDonalds te empieza a parecer innecesario.
  • Si tienes dolor precordial, tus colegas te hacen sentarte preocupados en vez de llamarte hipocondríaco.
  • Comienzas a aceptar que quizás nunca llegues a aprender a esquiar con tabla (en casos más graves... ni con esquís)
  • Si eres cirujano ni te acuerdas de cómo se leía un ECG, si eres internista, hacer un nudo quirúrgico te produce mareo.
  • Frecuentemente, te das cuenta de que muchas cosas importantes en tu vida pasaron hace más de 20 años.
  • Dices regularmente 'pues cuando yo era residente...', con un tonito que levanta cejas entre los 'Resis'.
  • Cada vez llevas peor las guardias y es que ¡cómo en la cama de uno...!
  • Perteneces a una o a ninguna red social de Internet.
  • Empieza a haber demasiados residentes que te llaman 'Dr. X', en vez de por tu nombre de pila.
  • Te apetecería hacer un crucero de vacaciones pero te da corte sólo el pensarlo.
  • Por lo menos uno de tus hijos pesa ya demasiado para cogerlo en brazos.
  • Si llueve, prefieres paraguas a capucha, claro que donde esté el coche...
  • Acudes a la reunión de los 25 años de tu colegio y te encuentras que las chicas están estupendas (y si no, no van) y los chicos han echado barriga o tienen menos pelo (pero les da igual y van todos)
  • Ahora que por fin puedes decir 'pues en mi experiencia..." resulta que lo que se lleva es decir "pues según la evidencia..." Y se te llevan los demonios.
  • Recuerdas cuando la telerradiografía o los datos clínicos computerizados aparecían sólo en las 'pelis' de ciencia ficción.
  • Te preocupa más la salud de tus padres que la de tus hijos.
  • Tus cremas para la cara tienen etiquetas con palabras como 'Age', 'Regenerator' o 'Lifting' y contienen 'poli-algos' de nombres cada vez más largos.
  • Muy pocas de tus amigas del colegio tienen el color del pelo 100% natural.
  • Tus hijos se entretienen con juguetes cuyos nombres te recuerdan a abreviaturas raras de marcadores reumatológicos o proteínas de laboratorio (PSP, DS, MP5, Wii...)
  • Los residentes te parecen estudiantes de Medicina; y los estudiantes de Medicina, niños de EGB o BUP.
  • Empiezas a plantearte que jugar al golf a lo mejor es hasta divertido.
  • Recuerdas los tiempos en los que pedir un TAC era como subir al Everest.
  • La comida del hospital cada vez te cae peor al estómago.
  • Te has dado cuenta hace tiempo que haber estudiado otra carrera no habría sido mala idea.
  • Has aceptado que lo que se dice 'salvar vidas' con lo que tanto soñabas de niño, va a ser que no.
  • Después de unos años de ropa interior práctica, la ropa interior mona te apetece otra vez.
  • Le echas una regañina a tu hijo adolescente y de repente te parece que podía ser un 'play back' de lo que odiabas que te dijeran tus padres a su edad.
  • Lees la etiqueta del vino con más interés que el ticket del precio.
  • Cuando estás a punto de ver un paciente nuevo con tu mismo año de nacimiento, siempre te parece mayor de lo que esperabas.
  • Llevas prescribiendo las mismas medicinas entre cinco y 10 años (aunque variando la marca).
  • Tus cumpleaños hace tiempo que te dejaron de hacer ilusión.
  • Encuentras continuamente excusas para hacer cada vez menos deporte si lo hacías antes y si no lo hacías te vuelves un fanático del gimnasio, el jogging, etc.
  • Después de años de ir a bodas de amigos, ahora vas a las comuniones de sus hijos y a las bodas de tus residentes.
  • Te parece que fue ayer cuando tus dudas médicas las solucionabas con un tomo del Harrison o el Farreras en vez de con Internet.
  • Ahora que serías capaz de contestar a todas las preguntas de aquel adjunto plasta, te conviertes tú en uno.
  • Continúas en la lucha de las oposiciones, estudiando para exámenes décadas después que el resto de tus coetáneos.
  • Cada vez te separas más el periódico de la cara para leerlo. Pero, ¿presbicia?, ¿tú? ¡Qué va! Es que escriben cada vez más grande...
  • Recuerdas el día que aprobaste el MIR tras años de lucha como uno de los mejores de tu vida 'y no como ahora, que se lo regalan, ¡oye!'.
En fin, la década de los cuarenta es estupenda, eres profesionalmente competente con experiencia, pero con energía. Personalmente estás en pleno auge y lleno de seguridad en ti mismo. No se puede pedir más (bueno sí, pero tampoco es para deprimirse).
Felicidades a todos esos colegas que entren en la cuarentena en el 2010.

Mónica Lalanda lleva un año en España tras pasar los últimos 16 años en Inglaterra, la mayoría como médico de urgencias en Leeds (West Yorkshire). En la actualidad trabaja en la unidad de Urgencias del Hospital General de Segovia, participa en varias publicaciones inglesas y también ilustra libros y revistas con viñetas médicas.

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